Una conversación sobre la autoedición

/ Martes, 18 junio 2013

Columna publicada en el Diario Noticias de Gipuzkoa el 18 de junio de 2013

Ahora vamos al parque. Luego, antes de volver a casa, haremos los recados. ¿Te parece bien? Ayer mientras tu veías los dibujos animados en la tele, leí un artículo acerca de la autoedición. Es un fenómeno que me tiene atrapado. Los datos que ofrece la industria son contradictorios. Por un lado, se afirma que el 43% de las publicaciones son ya autoediciones. Por otro, la federación de gremios de editores dice que no superan el 10%, que la cifra lleva siendo estable durante los últimos años. En el artículo, diversos autores reflexionaban sobre el proceso de evolución tecnológica que estamos viviendo, y cómo éste al llegar en un momento crisis económica va a provocar que se optimicen aún más sus ventajas y que se desconozcan sus consecuencias.

Ya estamos cerca del parque, no te impacientes. Cuidado, no corras tanto. A lo que iba, en el mismo artículo hablaban de un chico llamado Eloy Moreno que decidió emprender su propio proyecto editorial con su primera novela. Tienda por tienda pero, sobre todo, a través de internet, fue distribuyéndola hasta alcanzar más de 100.000 ejemplares vendidos. Bueno ya estamos aquí. Ponte la chaqueta que ha refrescado. Te espero en este banco. También se hablaba del surgimiento de un fenómeno llamado, Vanity Publishing, o la satisfacción de tener un libro publicado, aunque no tenga más lectores que los familiares. ¿No te parece fascinante? Concluía, sin embargo, que muchos autores autoeditados logran un éxito momentáneo según su capacidad de activar sus redes sociales y eso supone un peligro a medio plazo, porque la buena literatura puede pasar inadvertida.

¿Qué por qué te cuento estas cosas si todavía tienes cuatro años? Porque desde que naciste, decidí hablarte y explicarte todo lo que me inquietaba. Al principio lo hacía en casa, a solas, cuando nadie nos veía. Desde hace unos meses lo hago en silencio, por telepatía y en cualquier parte. Aunque a veces se me escapa alguna palabra o incluso una frase completa. Quizá, por eso a veces nos miran raro. A ver si creces pronto y me das la réplica.