Esa luz extraña
Para otros / Martes, 24 junio 2014
Columna publicada en el Diario Noticias de Gipuzkoa el 24 de junio de 2014
El último día de cole siempre lucía el sol. El cielo era más alto y las horas pasaban más deprisa. No había momentos tristes. Era una alegría extendida. Los pupitres, las pizarras, los pasillos con las perchas a los lados, los bancos del jardín, las porterías del campo de futbol…, todos los elementos de aquel edificio irradiaban una luz extraña y yo los veía más bonitos. El escritor chileno Milo Cortázar lo describe en su última novela: “La belleza del último día de escuela era la misma que años más tarde encontré en pequeñas-cosas-extraordinarias que sólo ocurren en verano: mojarme bajo una tormenta, (…), correr descalzo sobre la hierba húmeda o dejar que claridad de un día de calor me saque del sueño, por ejemplo”.
El spot dura 3 minutos y medio, anuncia cerveza y termina con frases que me cuesta leer: “LevanTA De lA ToallA”, “enTRenA eL AlMa”, “MediTerráNeamenTe”. El anuncio cuenta la historia de dos hermanos que alquilan un chiringuito en una playa y montan un festival de música. El público asistente es muy guapo. Todos son esbeltos. Se ven barbas descuidadas, bikinis y chapuzones sonrientes. Además de cuerpos, el anuncio vende libertad, tú puedes hacer cualquier cosa, tienes que moverte, es el momento, llega el verano, bébete una birra y descubrirás que el mundo es precioso.
El viernes pasado fue el último día de curso de mi hija de cinco años. Cuando llegué al patio para recogerla los niños corrían alterados. Saludé a otros padres y me despedí de los profesores. De camino a casa, mi hija me preguntó a ver si me había fijado. Fijado ¿en qué?, le contesté. Pues en lo bonito que estaba hoy el cole, ¿no has visto que se ha puesto elegante para despedirnos, aita? Y en aquel momento, una emoción eléctrica me recorrió el cuerpo. Porque me di cuenta de que los niños aún siguen reconociendo esa luz extraña, ésa que hace que no sea necesario alquilar una playa idílica ni ir a un festival con gente esbelta para descubrir la belleza de las pequeñas-cosas-extraordinarias que sólo ocurren en verano.